Un docente preparado estimula a los estudiantes a la investigación, a la competitividad y a la excelencia. Mientras, un estudiante estimulado estará empeñado en lograr sus objetivos. En este sentido, integrar las tecnologías, en los métodos educativos contribuye al desarrollo de técnicas más complejas, dinámicas, actuales y sobre todo que propicien el aprendizaje significativo.
El propósito de la enseñanza es enseñar a los estudiantes a convertirse en aprendices independientes y auto regulados. Ya que con el uso de estrategias innovadoras y mucha creatividad y dinamismo el docente se convierte en guía y facilitador del proceso, a tal punto que hoy día ya existen procesos educativos virtuales a distancia, donde los estudiantes son guiados a hacer su trabajo en clases semipresenciales.
De los planteamientos anteriores se desprende que los beneficios de la tecnología en el proceso enseñanza-aprendizaje son inmensos, entre ellos están:
- Contribuye al desarrollo de clases más participativas, interactivas y dinámicas
- Permite el acceso a mayor fuente de información
- Facilita la labor docente
- Motiva la autonomía en los estudiantes
- Propicia aprendizajes significativos
- Desarrolla la competitividad
-Innova la enseñanza
- Propicia un mejor rendimiento académico.
La integración de la tecnología en el Proceso de enseñanza-aprendizaje genera cambios a corto, mediano y largo plazo en las aulas. Los recursos tecnológicos posibilitan generar actividades de trabajo atractivas e innovadoras, que sin su existencia no serían tan fáciles de programar. Lo que sí hay que tener claro es que los recursos por sí solo no brindan ningún cambio notable en educación, sin la presencia de unos docentes capacitados para su uso.
Del Enfoque Tradicional al Nuevo Modelo de Enseñanza-Aprendizaje
En este milenio, la educación se asocia a la estrategia formativa basada en la transferencia de habilidades y conocimientos a través de un medio digital e-learning y, por ende, es exigible a todos los actores que intervienen en ella: profesores, estudiantes y el propio centro escolar deberán actuar en la proyección del aprendizaje.
El uso de las TIC, en un escenario de educación, ha tenido procesos de cambios reveladores, se le ha reconocido su impacto con relación a las reformas, se sabe que el impacto de cualquier tecnología depende de cómo se use, en qué contexto y para qué fines, puesto que abre posibilidades como también nuevas exigencias. En este escenario, las instituciones educativas tienen el compromiso de contribuir en la transformación de la enseñanza aprendizaje.
El sistema ha abandonado las memorizaciones típicas de la ilustración, que son los retos que impone una época acelerada de transformaciones tecnológicas y científicas. La adaptación al progreso tecnológico en el campo de la educación se traduce en una mejora, haciendo más atractivo el proceso educativo.
La UNESCO publicó en enero de 2008 los estándares de competencia en TIC para docentes, que pretende servir de guía a las instituciones formadoras de maestros (programas de capacitación). Este proyecto presenta una serie de enfoques para reformar la educación a través de alfabetismo en TIC y profundizar el conocimiento.
Las TIC pueden ayudar a los estudiantes a adquirir las capacidades, necesarias para ser:
- Competentes para utilizar tecnologías de la información.
- Buscadores, analizadores y evaluadores de información.
- Solucionadores de problemas y tomadores de decisiones.
- Usuarios creativos y eficaces de herramientas de productividad.
- Comunicadores, colaboradores, publicadores y productores.
- Ciudadanos informados, responsables y capaces de contribuir a la sociedad.
Las competencias educativas TIC para docentes son: explorador, integrador e innovador.
Por otro lado, los cambios que se ha presentado para dar respuesta a las necesidades nacientes, han dado origen a los llamados nuevos modelos de aprendizaje, los cuales involucran, de manera activa, a los medios sociales y la interactividad. Estos materiales interactivos, desempeñan un papel crucial en las competencias requeridas en todas las etapas educativas, en el que conceden un cierto grado de control en el proceso de aprendizaje. La transmisión se realiza por medio de banda ancha en forma de voz, imágenes y datos.
Algunas de las características en estos modelos de aprendizaje son:
La interactividad. Es definida como la posibilidad de establecer un diálogo entre información digital y los sujetos que se conectan de forma sincrónica o asincrónica
La accesibilidad. Esta característica tiene dos acepciones: una que se refiere a la accesibilidad de cualquier sujeto a todos los contenidos y herramientas digitales o accesibilidad de las personas con algún tipo de discapacidad a todos los contenidos.
La usabilidad. Permite centrarse en la audiencia potencial de los documentos, de acuerdo con sus necesidades. A nivel de navegación, se debe organizar el sitio web, de manera que permita facilitar la búsqueda de información.
Un factor positivo para la posibilidad de acceso y uso de tecnologías es el uso del portátil, para el aprendizaje en sus casas, por parte del alumno, siendo el factor más relevante en la mejora de los resultados de los alumnos. Estudios en países como Chile, México, Colombia, España han concluido que los profesores y alumnos emplean las TIC para hacer más eficiente lo que tradicionalmente han venido haciendo, permitiendo la elaboración y publicación de material en la nube, para que pueda estar disponible permanentemente para la consulta de los estudiantes.
Del Lápiz y el Papel al Dispositivo Móvil
La llegada de los primeros productos tecnológicos a las escuelas data, aproximadamente, de la segunda mitad del siglo XX. Las principales universidades estadounidenses comenzaron a ofrecer en sus aulas, y de forma muy provisional, ordenadores como el Apple I, dando así breves tomas de contacto a sus estudiantes. Unas tomas de contacto que, obviamente, eran más frecuentes en instituciones dedicadas a la enseñanza tecnológica.
No obstante, no fue hasta la década de los noventa cuando la tecnología comenzó a tomar una mayor relevancia en las escuelas. El progresivo abaratamiento de los ordenadores, la llegada de nuevos formatos multimedia como Microsoft PowerPoint y la expansión de Internet como un método de comunicación universal abrieron por completo las puertas a la tecnología en las escuelas.
En la actualidad, las compañías tecnológicas y las instituciones académicas continúan impulsando esta carrera tecnológica dentro del aula. Hablamos de empresas como Microsoft, Lenovo, Samsung, Apple o Google; y de instituciones como el Ministerio de Educación y diversas universidades.
El gigante tecnológico Microsoft, por ejemplo, centra gran parte de sus esfuerzos educativos en el desarrollo de software y servicios que se adapten a las necesidades específicas del aula. La compañía estadounidense hace un gran énfasis en la integración de servicios como Office, OneDrive o Skype, todos basados en la nube, los cuales permiten al alumnado y al profesorado impartir y recibir los contenidos de una forma más versátil y acorde a los tiempos actuales.
Por su parte, Samsung también está haciendo algunas incursiones con la realidad virtual, mediante las Samsung Gear VR, en el ámbito educativo. La compañía asiática trabaja junto a varios desarrolladores en la creación de entornos VR orientados a la educación, como visitas virtuales a lugares históricos, atlas anatómicos, etc.
Paralelamente a sus desarrollos con realidad virtual, la compañía surcoreana promueve su plataforma Samsung School, la cual se define como una solución única para escuelas de primaria que busquen modernizar sus metodologías y sus contenidos. La plataforma se basa principalmente en un conjunto de tablets con stylus, destinadas tanto para el alumno como para el profesor, y un set de aplicaciones preinstaladas diseñadas y sostenidas por el fabricante.
Los Retos que Plantea La Llegada de Tecnología a las Escuelas
Todas estas iniciativas y programas desarrollados por las compañías tecnológicas y las instituciones oficiales se comportan como el eje central del cambio educativo que nos aguarda, abriendo así un nuevo mundo de posibilidades, beneficios y, por supuesto, barreras que solventar.
La formación del profesorado y, en algunos casos, la oposición al cambio, es una de las principales dificultades de esta transición. Tanto las compañías tecnológicas como los centros educativos han insistido en la necesidad de formar a los docentes para poder encontrar este cambio de paradigma de una forma satisfactoria.
Por una parte, se reclama una formación a nivel técnico que permita a los profesores extraer el máximo rendimiento de las herramientas tecnológicas. Por otra parte, se reclama una formación a nivel metodológico.
Es este último tipo de formación el que más dificultades plantea, pues va mucho más allá de distribuir e impartir los contenidos mediante nuevas herramientas. Se trata de transformar el papel del profesor en el aula, el cual debe abandonar su rol de líder y fuente de conocimiento para convertirse simplemente en un acompañante que fomente la autonomía, la creatividad y el interés de los alumnos en la materia. El profesor debe dejar de ser el centro del aula para convertir al alumno en el epicentro del método educativo.
También se reclama un cambio profundo en los contenidos impartidos en el aula. El clásico libro de texto con su correspondiente boletín de ejercicios está obsoleto en todos los niveles. Las presentaciones en diapositivas, los experimentos, los contenidos audiovisuales y los trabajos de investigación son algunos de los modelos a seguir. Los contenidos deben ser más prácticos, dinámicos y, sobre todo, atractivos.
La realización de más proyectos de investigación o de trabajos cooperativos en el aula son algunos de los ejemplos de los métodos que los profesores deben fomentar en este nuevo paradigma educativo. Y es que se tratan de retos más próximos a los que el alumno tendrá que afrontar a lo largo de su vida personal y profesional.
No obstante, este cambio metodológico resulta irrelevante sin una evolución paralela de los sistemas de evaluación. El sistema clásico (calificación numérica basada en una prueba oral, práctica u escrita) es incompatible con este nuevo paradigma porque excluye otros parámetros como la participación del alumno, su autonomía en el aula, la velocidad con la que resuelve los retos planteados por el profesor, el interés en la materia, su actitud en los grupos de trabajo, el progreso con el paso del tiempo…
Para ello, empresas como Microsoft, Samsung y Lenovo ofrecen servicios tecnológicos que permiten monitorizar de forma individualizada parámetros como la velocidad de respuesta de los alumnos, su autonomía o el progreso que ha registrado durante el transcurso del periodo escolar en las diferentes materias. De esta forma, los docentes pueden tener una perspectiva más rica de sus alumnos que les permita juzgar cómo se comportan estos.
No obstante, los profesores no son los únicos que se enfrentan a grandes retos en esta transición educativa. La conocida como “generación digital” no muestra dificultades en el uso de las nuevas tecnologías, pero sí en la producción de contenido mediante el uso de las mismas. Los jóvenes recurren a la tecnología para consumir contenido, pero muy pocos lo hacen para generarlo. Y es ahí donde los docentes y las instituciones deben trabajar con sus alumnos, mostrando cómo se debe utilizar la tecnología para crear contenidos de calidad.
La tecnología es un arma de doble filo para los alumnos, especialmente en edades más bajas. Los beneficios de una educación tecnológica son infinitos, pero siempre que se eduque a usar la tecnología de una forma responsable y sostenible.
Los Beneficios de la Tecnología en la Educación
Una vez superados todos los retos, los estudios y las investigaciones realizadas por diversas entidades reflejan un gran positivismo respecto a la incorporación de la tecnología en las escuelas y, sobre todo, al cambio metodológico asociado a la misma.
La inclusión de la tecnología les permite mejorar la competencia en habilidades transversales, conectar aprendizajes de distintas materias y, por consiguiente, incrementar la autonomía del alumno en su propio aprendizaje.
De la misma forma, los docentes detectan un mayor interés por parte de los alumnos en las clases, las cuales se hacen más divertidas, dinámicas e interesantes. Además, también se observa una mayor colaboración entre los estudiantes, un mayor esfuerzo por aprender, un mejor ambiente en el aula y, sobre todo, una mayor sencillez para adquirir los conocimientos establecidos por el profesor.
La diferencia entre estudiar una serie de contenidos mediante el método tradicional y hacerlo mediante el uso de la tecnología y todo el paradigma que la acompaña es el nivel de implicación del alumno. Cuando este abandona la memorización sistemática de conceptos y comienza a ser él el que descubre, por necesidad natural e interés propio, todos esos conocimientos, los resultados comienzan a mejorar de forma increíble.
Si además se apoya con proyectos y experimentos que permitan al alumno observar y comprobar sus propias teorías, el resultado final es muy superior al que se obtiene en la actualidad. No solo adquiere mejor los fundamentos teóricos, también se proporciona la suficiente tracción al alumno como para pensar por sí mismo, experimentar y descubrir nuevas formas de alcanzar un mismo objetivo.
Otro de los beneficios más destacados, especialmente por parte de los padres, es la inminente “mochila digital”. El abandono de los libros de texto tradicionales y su progresivo reemplazo por elementos electrónicos como el ordenador portátil o la tablet es un aspecto muy apoyado por los padres y los alumnos. Sus principales razones son el peso de las mochilas y, sobre todo, el aspecto económico. Asimismo, a nivel ecológico supone un gran paso hacia delante gracias a la menor tala de árboles para la impresión de libros de textos.
Por otra parte, la penetración de la tecnología en el ámbito educativo contribuye a una mayor versatilidad y globalización. Los alumnos pueden acceder e interactuar con información personas de cualquier parte del mundo, obteniendo perspectivas más ricas de los contenidos que se están impartiendo en el aula. De la misma forma, se fomenta la investigación por parte de los propios alumnos, los cuales pueden ir más allá de los conocimientos mínimos impartidos en el aula.
Paralelamente, el uso de la tecnología en la educación permite una mayor flexibilidad horaria a aquellos alumnos que la requieran. En enseñanzas universitarias, contar con materiales audiovisuales en las diferentes plataformas virtuales permite que los alumnos puedan realizar actividades paralelas a sus estudios universitarios independientemente de los horarios de los mismos. Una virtud que contribuye, indirectamente, al desarrollo de la autonomía de los alumnos y del autoaprendizaje, una aptitud muy importante en el mercado profesional.
Al igual que la tecnología permite una mayor flexibilidad horaria, también permite una mayor flexibilidad geográfica. Gracias a la universalización de Internet y a la progresiva migración de los contenidos educativos a plataformas virtuales públicas y/o privadas, es posible continuar la enseñanza independientemente del lugar en el que se encuentre el alumno.
La llegada de la tecnología al aula, realizada de una forma correcta, contribuye a un mayor interés y mejores resultados académicos por parte de los alumnos. Las ventajas que aportan son incuestionables.
La Tecnología está Transformando la Educación más allá de la Escuela
Más allá del sistema educativo tradicional, la tecnología está posibilitando la llegada de nuevas formas de educación. Son tendencias conocidas como e-learning, las cuales permiten adquirir conocimientos y evaluarlos mediante plataformas virtuales o aplicaciones para smartphones y tablets.
Uno de los casos más populares es el de Duolingo, un servicio online que permite aprender nuevos idiomas directamente desde un smartphone o un ordenador convencional.
La fórmula del éxito es sencilla: contenido accesible y gratuito mezclado con una metodología dinámica y divertida. Y es que en Duolingo abundan los ejercicios prácticos, los juegos y las metas personales, fomentando así el uso continuo de la aplicación y, por consiguiente, la adquisición de nuevos conocimientos.
A un nivel más avanzado también encontramos propuestas como edX, una plataforma de cursos online masivos y abiertos (MOOC) fundada por el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de Harvard en 2012. En la plataforma podemos encontrar cursos online sobre administración de empresas, emprendimiento, electrónica, programación, mecánica de fluidos… Casi cualquier disciplina cuenta con cursos en esta plataforma.
Lo maravilloso de este servicio es la posibilidad de adquirir conocimientos de instituciones tan prestigiosas como el Masachusetts Institute of Technology sin levantarse del sofá. Un sueño casi impensable hace una década. Además, una vez superados los conocimientos, podremos obtener un título por la institución correspondiente que certifique la finalización y superación de nuestros conocimientos.
El e-learning se está convirtiendo en una vía de aprendizaje válida, aceptada y, sobre todo, versátil. No obstante, los expertos señalan que el futuro del aprendizaje no pasará solo y exclusivamente por este. El modelo hacia el que migramos se aproxima más a una fusión de lo tradicional y el aprendizaje no presencial.
Conclusión
Las nuevas tecnologías son sólo herramientas y, como tales, hay que considerarlas, sin olvidar que su función es ayudar, como cualquier otro medio, a obtener unos objetivos, en este caso, la formación de ciudadanos con conocimientos y valores concretos. Sin embargo, son quizá las herramientas más potentes y versátiles que el mundo académico haya conocido. Su inclusión y adopción en el mundo docente, explotando correctamente su enorme potencial, puede tener repercusiones en el mundo escolar que podrían suponer un salto cualitativo en la formación de ciudadanos, con una reforma integral y necesaria que integre, con efectividad y eficiencia, el sistema escolar en los tiempos tecnológicos en que vivimos.
Somos conscientes de que los cambios que planteamos requieren una reorganización en muchos aspectos: en la formación del profesorado, en sus condiciones de trabajo, en la organización del centro de trabajo, en la potenciación del trabajo autónomo de los estudiantes, en una educación sin tiempo y espacio determinado, entre otros. Sin embargo, teniendo en cuenta que la inversión es básicamente de capital humano en el aprendizaje de una manera distinta de trabajar, enseñar, aprender y relacionarse con la sociedad, creemos que hay argumentos sólidos que apoyan que las incidencias de las tecnologías en la educación arrojan resultados positivos en todos los agentes involucrados en el proceso educativo.
Las tecnologías pueden jugar un papel fundamental en la educación moral de los estudiantes, y prueba de ello es el matiz explícitamente ético que tienen movimientos nacidos en el mundo informático como el software libre. Las herramientas no entienden del bien o el mal como valores morales, por lo que pueden tener usos positivos y negativos, según el usuario. Si los ciudadanos no reciben una formación adecuada en tecnología, sus peligros, oportunidades, herramientas, etc., estaremos dejando a los estudiantes en manos del azar; quizá convendría cubrir esa incertidumbre con la orientación y consejo de profesionales formados y preparados para ello.
La revolución tecnológica contribuye a cambiar los métodos de enseñanza y a mantener en alto estándares la educación, tener informaciones actuales acorde a los nuevos tiempos, ayudar a enriquecer el aprendizaje y dar acceso a múltiples herramientas, mantener los estudiantes más motivados. La llegada de las TICs representa un antes y un después en las sociedades, pues las mismas mueven los aprendizajes, los motivan y producen ese cambio en y la manera como se enseña.
Autor: Ingrid A. Garcia B.
Psicóloga Clínica
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